#Not1More Deportation

El Preso Sin Número

Hace 16 años que estoy preso
en esta cárcel de cristal.
16 años preso y fugitivo
ante esta sociedad.
Viviendo bajo la sombra
de la clandestinidad.
Tiempo atrás
deje a mi esposa querida
a mis hijos adorados
allá en mi lindo Michoacán.
En esa tierra bendita
que un día tuve que dejar.
De sol a sol trabajaba
para sacarle a la tierra
los frutos que generosa
nos podía regalar.
Mas la pobreza insensata
como una sombra siniestra
Se sentía sobre nosotros sin piedad.
Mis hijos pasan frio, lo pasaban mal.
Mi pobre esposa tenia un rebozo,
unos zapatos que de lo viejos
ya no se podían remendar.
Su vestido tan florido había perdido
su color original.
Y yo, que decir de mi,
que en las mañanitas gélidas
calentaba mi cuerpo con un jarro de café
y un trago de aguardiente
pa’ comenzar mi labor.
No tenia yunta ni bueyes
muchísimo menos un tractor,
ni ganado ni borregos,
ni cochinos en el corral.
Muy apenas unas cuantas gallinas
y un perro flaco,
a los que con trabajos podía alimentar.
A la tierra a la brava
con la fuerza de mis brazos,
con un viejo azadón.
Cuando me cansé de aquella pobreza indina
le dije a mi esposa divina
“ya me voy pal norte vieja,
voy a dejar descansar la tierra,
voy a rifar mi suerte,
allá trabajare en el norte,
verás mi prietita que nada te faltara.
Que dándonos Dios licencia,
el año entrante regreso
con un montón de dinero
que allá me habré de ganar.
16 años han pasado,
mi promesa no cumplí.
No pude volver a mi tierra
con mi adorada familia,
pues bien sabia que si salía
no podría regresar.
¡Un delito he cometido al venir a trabajar!
Un delito que no acabo de pagar.
16 años tengo preso
en esta cárcel de cristal.
Sin derecho a fianza.
¡Un delito he cometido!
Un horrendo delito que se llama trabajar.
Soy el preso sin número,
el invisible, la maquina
que mueve el motor en esta sociedad.
El “clandestino,” el “ilegal.”


Poem by Consuelo Rentería

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